tomé los papeles de tu historia,
y los convertí en fiesta de luto,
Acerqué mis manos a tu escoria,
y arranqué de su faena tu fruto.
tanta tinta tonta gasté,
tanta lastra y peso tiré,
tanto calla y corre miré,
que volvió el diamante a su bruto.
Y de a un tiempo a esta parte,
Vivo más de instantes menos de planes,
Más felices, menos fatales,
Más de historias, menos de Sartre.
Y así…
Está pasando lo que quiero que pase,
Después que pasó lo que no quería,
Está pasando lo que quiero que pase,
Después de tragar toda tu osadía.
Salud y A-Dios.
(Cristóbal Hernández)