jueves, 6 de enero de 2011

salud y adiós.

tomé los papeles de tu historia,

y los convertí en fiesta de luto,

Acerqué mis manos a tu escoria,

y arranqué de su faena tu fruto.


tanta tinta tonta gasté,

tanta lastra y peso tiré,

tanto calla y corre miré,

que volvió el diamante a su bruto.


Y de a un tiempo a esta parte,

Vivo más de instantes menos de planes,

Más felices, menos fatales,

Más de historias, menos de Sartre.


Y así…


Está pasando lo que quiero que pase,

Después que pasó lo que no quería,

Está pasando lo que quiero que pase,

Después de tragar toda tu osadía.


Salud y A-Dios.

(Cristóbal Hernández)

lunes, 9 de febrero de 2009

pasa.

Pasa rápido la vida,
mal de amores,
ganadores, perdedores.

la efusiva canción del amor,
la abusiva vividez del cantor,
la roída armadura de este autor.

pensadoras besadoras,
astuta miel aguja.

bebedoras amadoras,
putas piel de bruja.

de a ratos oscuro.

¿Donde está sabina el alivio de tu luto?
Dimelo ahora que no resisto más un minuto!,
en esta situación gastada de tanto llorar,
en estos ojos moribundos de tanto mirar.

Dime lois armstrong ¿dondé esta ese mundo?,
tan maravilloso que cantas,
que en este momento está inmundo,
y ya nisiquiera me encanta.

¿Donde se encuentran los viejos amores?
de película sin miedo, vacío, rencores,
Donde estan las personitas felices,
solo veo muertos cubiertos de oscuras lombrices.

¿Donde estoy yo, señor mio?
que no veo un camino frente a mi,
solo veo partes de un río,
que no me deja andar pa' vivir.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Estrella de mar.

Y bueno, navegando por Internet, por casualidades de la vida que no conozco y no pretendo conocer me topé con una linda historia la cual deja mucho que pensar:

Erase una vez un sabio kupuna (anciano),
que fue al mar a contemplar.
Un día, caminando a lo largo de la orilla,
el kupuna miro hacia la playa,
y vio una graciosa figura humana bailando.

El kupuna se preguntó en voz alta,
"¿Quién alegremente saluda este día con hula*?"
y comenzó a caminar rápidamente para ancanzarla.

acercándose,
el kupuna vio que el bailarín era un keiki (niño),
que no estaba bailando.
El keiki estaba alcanzando la arena para recoger algo,
y gentilmente lo lanzaba al mar.

El kupuna llamó al keiki,
Aloha!, ¿Qué estás haciendo?

El keiki se detuvo, lo miró y le dijo,
"Lanzando estrellas de mar al océano"

Sorprendido el kupuna le dice,
"yo... yo supongo que debería haber preguntado,
¿POR QUÉ lanzas estrellas de mar al océano?"

El keiki sonrió brillantemente, apuntó hacia arriba y,
con exquisita simpleza, respondió,
"El sol está arriba, la marea se va.
Si no las tiro al mar, morirán"

"Pero, ¿No te das cuenta?", preguntó el kupuna,
"¿Que hay miles de playas y estrellas en ellas?,
¡no podrías marcar diferencia alguna!"

El keiki escuchó educadamente.
Luego se agachó, cogió otra estrella de mar,
la tiró gentilmente al océano, justo atrás de donde rompen las olas,
y exuberantemente declaró.
"Marqué una diferencia para esa estrella."

*Hula: El Hula es una forma de danza acompañada de cánticos o canciones.
Traducido de http://www.geocities.com/~olelo/shelties/starfish.html por mi.

¿Cuántas veces nos ha pasado esto?, dejamos de lado los pequeños gestos puesto que pensamos que no marcaremos diferencia alguna.

El cuento habla por si solo, quizás si fueramos más como el keiki y, compartiendo, fueramos haciendo pequeñas cosas y las sumamos entre ellas, harían un gran cambio. En el caso en el que fuera un gesto individual como el del keiki que no tenga incidencia a nivel mundial ni desestabilice la economía en la bolsa -a modo de ejemplo-, haría un cambio en quién recibe el gesto, que no deja de ser mayor. Así como la estrella se salvó de morir seca bajo el sol, podemos salvar los corazones de nuestros seres queridos de verse marchitos por la falta de una palabra amiga, de un gesto simple, de un "te quiero", de un "aquí estoy para apoyarte", podemos alegrar el día de quién se desencantó del mundo y de las personas simplemente saludandolo con una sonrisa, abrazando a quien lo necesite, etc... Quizás te tilden de loco, de raro, pero; ¿No es preferible ser un loco feliz, que hace felices a los demás y que puede sonreir y amar?.
para concluir y dejando abierto el espacio a una reflexión personal...

Creo en fin que el secreto de la felicidad está en el compartir. No vivimos solos y estar acompañado y compartiendo me gusta más.

Saludos! :)

jueves, 22 de noviembre de 2007

Legítima defenza

Señor juez:

Requiero ser en esta instancia mi propio abogado puesto que soy yo quién aparentemente conoce más sobre los hechos ocurridos, sin aún conocer su jerga legal y complicada he de alegar legítima defensa en cuanto al asesinato antes cometido y narrado a continuación.

El me miraba cada día con desprecio, me acosaba con sus pensamientos oscuros sobre la vida, me inculcaba esa idea de que el mundo no es más que un lugar vago y la vida una instancia pasajera en la que no sirve de nada trascender, todas las noches me hacía pensar en la soledad, me hacía sentir solo diciendo cosas a mi oído, aún yo sabiendo que estaba acompañado caía en su juego cruel sin ver salida aparente, se acostaba conmigo en mi cama y no me dejaba dormir recordándome todos los hechos que alguna vez me causaron pena, todas las veces que me han fallado, vivió años atormentándome, convenciéndome de que yo no era nada, de que lo que me demostraban quienes me rodeaban era sino más bien falso cariño aunque así no lo fuera, cuando entraba al baño, al mirarme al espejo el me mostraba cada vez lo feo que era, cada mañana me sacaba al patio a cavar un hoyo del cual después no iba a poder salir, cada día la convivencia con el se hacía más difícil, hasta que un día sin previo aviso mientras me atormentaba como siempre en el baño no soporté más, lo tomé y lo llevé a la cocina y clavé en su corazón el cuchillo afilado que usaba para cortar la carne dándole una muerte rápida e indolora y causando dolor a todos quienes lo rodeaban y lo querían, a todos quienes lo apoyaban y creían en el.

Sé, su señoría, que los hechos no justifican el acto y estoy conciente y arrepentido de que he obrado mal. No serviría de nada una condena mayor a la que he recibido de mi parte, no pido absolución legal pero si que considere no darle más carga a la que lleva mi familia, si lo hice, fue por que no resistí más y está claro que desde aquí abajo ya no me puedo redimir, el corazón me duele intensamente todos los días por esa herida que causó el cuchillo carnicero que penetró en mi. Ahora más que nada y sin más que decir, le rogaría me disculpara pero no puedo seguir escribiendo debido a que como usted ya bien sabe y todos los que estuvieron presentes en mi despedida, estoy en una prisión algo estrecha y los seis pies de tierra sobre mí ejercen una presión que me incomoda.

Atte: Benito Depreso.